Y reproduce el estado de nimo general cuando por la noche, ya de vuelta a los barracones, un hombre le pregunt a otro estuviste hoy contento? A lo que el otro respondi para ser franco, no. Frankl lo explica diciendo que lo que les ocurra a los prisioneros liberados era una despersonalizacin. Todo pareca irreal, improbable, como un sueo, y teman que al despertar les llegase la dura realidad. Narra como si un prisionero era preguntado por un granjero de las cercanas poda pasar horas hablando. l nos cuenta su particular y conmovedor renacer, una tarde mientras paseaba: